miércoles, 21 de marzo de 2018

Discernir, Decidir, Declarar


Hoy tengo mucho, pero mucho que compartir  así que lo haré en episodios.

Comenzaré contando que ha sido una semana de plenas batallas.  La lucha ha sido fuerte que hasta ha habido episodios de enfermedades pero, en medio de todo esto, el Espíritu Santo ha estado haciendo su trabajo, como siempre, muy fino y con detalles muy específicos por si acaso esta cabeza no quisiera entender el mensaje.

El Señor en medio del desierto me ha dado palabra, me ha hablado de: "Discernir, decidir y declarar" pero lo más fuerte ha sido cuando en una de estas madrugadas me ha hablado claramente de la "Restitución".

Comenzaré con  "DISCERNIR" : Nuestras luchas, como bien sabemos, son espirituales, son espíritus que operan muchas veces influyendo en las personas más cercanas a nosotros y nos hacen contender con ellas cuando la verdadera lucha no es con ellas si no con los que están detrás, esos espíritus que intentan hundirnos más en las luchas y nos causan tristeza, temor, frustración, falta de fé y un sin fin de cosas más.

Efesios 6:12

 ”Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes."

 El Señor me hablaba de nuevo cosas que ya antes y por mucho tiempo he venido escuchando en los sermones de la iglesia, en pláticas con hermanos de la fé,  palabra que no siendo nueva en este momento se me presenta como una nueva experiencia para poder atravezar  esta etapa difícil.

El siervo de Eliseo ya no tuvo más miedo cuando vio el poderoso ejército celestial de Dios. La fe revela que Dios está haciendo más por su pueblo de lo que nos podemos dar cuenta por medio de la vista. Cuando nos enfrentamos a dificultades que parecen infranqueables, recordemos que los recursos espirituales están ahí aun cuando no podamos verlos. Ver a través de los ojos de la fe y permitir que Dios  muestre sus recursos. Me mostraba que si no veo a Dios obrando en mi vida, probablemente haya un problema con mi visión espiritual, y no con el poder de Dios.

DECIDIR: No puedo seguir viviendo con dolor.

El dolor se acabará cuando yo decido que no más. El diablo siempre ataca más fuerte cuando estamos al borde del puente que conduce a la bendición que viene. Tenemos que decidir si seguimos allí de pie frente al puente llorando y con dolor o nos atrevemos a cruzar...esto no implica que no será difícil dar el paso.

Juan 15:11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea perfecto.

DECLARAR: declarar la palabra de Dios sobre mis circunstancias...las circunstancias oyen, por lo cual hay que someterlas a la palabra de Dios.

La fé y la razón se oponen. La fé me lleva a donde la razón me deja tirada. Hay momentos en que la razón me dice: hasta aquí llegué...y, la fé me dice: tranquila yo te llevaré.

La razón se agarra de la mano de un hombre y lo lleva a uno hasta donde el hombre nos puede llevar. Pero la fé se coge de la mano de Dios y lo lleva a uno hacia donde lo imposible se vuelve posible, donde lo irreal se vuelve real. La fé nos llevará a cruzar el puente hacia la bendición.



Aún sigo batallando, pero pretendo conquistar cada día con un paso a la vez...ya llegará el momento de cruzar el puente...al menos mis oídos están atentos para cuando me diga el Señor que debo dar el siguiente paso...



Jeremías 32:41

Me regocijaré en ellos haciéndoles bien, y ciertamente los plantaré en esta tierra, con todo mi corazón y con toda mi alma.



En el siguiente post seguiré con la Restitución.

"...y ella partió"


“Y ella partió, y andaba errante por el desierto de Beer-seba” (v. 14c). , Beer-seba será una ciudad en el extremo sur de Israel. “desde Dan hasta Beer-seba” significa, “Todo Israel” (Jueces 20:1; 1 Samuel 3:20; 2 Samuel 3:10, etcétera). No obstante, Agar e Ismael no van a una ciudad, sino a un desierto llamado Beer-seba, ubicado al suroeste del Mar Muerto, en el extremo norte del desierto del Neguev. Es un lugar donde pocos viven por lo difícil que es sostener vida allí. Beduinos con experiencia pueden sobrevivir en tal lugar, pero solo Dios puede salvar a Agar e Ismael.

GÉNESIS 21:15-19: NO TEMAS
15Y faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un árbol; 16Y fuese y sentóse enfrente, alejándose como un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera: y sentose enfrente, y alzó su voz y lloró. 17Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó á Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.18Levántate, alza al muchacho, y ásele de tu mano, porque en gran gente lo tengo de poner. 19Entonces abrió Dios sus ojos, y vio una fuente de agua; y fue, y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho.



Este pasaje de la escritura me ha mostrado mucho sobre los pasos que tuve que tomar  en obediencia a Dios. NO me apetecía hacerlo, no tenía claro hacia dónde me iba a llevar tal decisión, no sabía nada de nada, solamente veía mi dolor...

Aún no sé qué pasará en el camino, se supone que debo disfrutar el viaje mientras llego a donde debo llegar como dicen algunos por allí; pero es difícil, cuesta mucho dejarse caer completamente en plena confianza y fé  pues lo único que sostiene cada paso día a día es la palabra que me ha sido dada, la promesa que me ha dado Dios.

Al igual que Agar,  según mis pensamientos, solo me quedaba esperar la muerte; pero no, cuando estoy en angustia y desesperación y mi alma gime por el dolor, viene Dios y me sorprende...“Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó á Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está” (v. 17). Hemos oído el llanto de Agar – pero Dios oye la voz de Ismael – y entonces el ángel de Dios le responde a Agar. “Dios ha oído la voz del muchacho.” Esto implica que Dios va a venir al rescate.

“Levántate, alza al muchacho, y ásele de tu mano” (v. 18a). Dios espera una reacción de Agar – levantar al muchacho y tomarle de la mano. No está claro como estas acciones ayudarán a Ismael, pero la Biblia está llena de historias de personas cuyas vidas han dado la vuelta al obedecer algún mandamiento – aparentemente inconsecuente – de Dios. Nos hace pensar en Moisés golpeando el Nilo con su báculo – Gedeón soplando su trompeta – y Josué haciendo a la gente marchar y gritar. La fuerza no está en la acción de la persona, sino en el Dios que bendice la obediencia. Sin esta pequeña obediencia, ¿habría pasado algo? ¡Seguramente no! 

Loretxu A.

Comenzando la travesìa



Quiero guardar las memorias de este mi camino que ha comenzado con un atravesar momentos difíciles hasta llegar al momento, al lugar  que Dios tiene preparado para mí.


En este tiempo me ha tocado vivir en un paraíso, un lugar precioso, rodeada de un mar que me atrae y me fascina completamente  y lo más bonito de todo, con la persona que amo. Siempre hay un pero, no? pues mi pero es, que a pesar de ello, llega el momento sabes que vives en el paraíso pero en un desierto donde te comienza a faltar el agua, el sol te quema y es necesario encontrar refugio antes de que la tormenta de arena se levante más grande.

Lo más importante de este viaje, de este momento, es saber entender que no vamos a atravesar solos lo árido del desierto, hay alguien que nos acompaña y nos cuida y nos guiará hasta llegar al lugar seguro para poder contemplar y saborear de sus amores y cuidados.

Quiero compartir aquí mis momentos en el desierto, pero no lo malo, si no lo importante que es el tener una fé que nos ayuda a seguir caminando como viendo al invisible.